
Cuauhtémoc a
lo vintage
Por Mariana Guizar
¿Te imaginas conocer el primer traje de Ronald McDonald utilizado en México?, o bien, ¿poder probarte uno de los cascos utilizados durante la Segunda Guerra Mundial?, ¿o qué tal adquirir un tocadiscos para ese vinilo ochentero de tu banda favorita? Todo eso y más puedes experimentar en un solo lugar, la famosa mini lagunilla de Avenida Cuauhtémoc.
Entre la estación Niños Héroes, de la línea 3 del Metro, y Cuauhtémoc, de la línea 1, se ubica el Jardín Dr. Ignacio Chávez, un pequeño parque que a sus alrededores cada sábado alberga de 8 de la mañana a 4 de la tarde a un peculiar tianguis de coleccionistas, en el que se puede encontrar de tocho morocho.
Todos los puestos son diferentes entre sí, algunos se ubican bajo pequeñas carpas, otros más se cubren con lonas amarillas, unos cuantos prefieren colocarse al aire libre, pero eso sí, todos cuentan con algo en común, los objetos que comercian tienen historias que contar.

Al recorrer este tianguis puedes viajar en el tiempo. Empezando por recordar bellos momentos de la infancia al detenerte en los puestecitos donde se muestran todo tipo de juguetes. Jorge, por ejemplo, es un chavo que compra y vende Hot Wheels desde hace cinco años. Dentro de su colección, no sólo cuenta con los carritos más comerciales, también se hallan ejemplares únicos, piezas que no están ningún otro lado, provenientes principalmente de Estados Unidos. A su lado está Mario, quien vende cómics y figuras de acción de todos tamaños, de diferentes caricaturas y de distintas décadas, así como cartuchos de videojuegos para cualquier consola, desde Nintendo 64 hasta Play Station 1.
Más adelante, lograrás navegar entre diferentes etapas históricas. En la carpa de Don Enrique, podrás leer periódicos de la época revolucionaria en México, así como comprar algunas estampillas postales o figurillas de porcelana que eran la moda en esos años.
¿Qué tal ir un poco más atrás? De la Segunda Guerra Mundial abundan gran variedad de elementos, sobre todo equipo que utilizaban los combatientes. Don Rodolfo -quien se instala ahí desde hace 15 años- describe que lo que más le apasiona no es el hecho de vender sus artículos, pues al ser un poco caros, la venta en ocasiones no es mucha, sino más bien, es fanático de dar a conocer a las generaciones actuales cómo era la vida en el pasado a través de su colección de antigüedades.
Sí eres amante del arte, aquí también podrás disfrutar de pinturas, unas originales, otras réplicas exactas de famosos artistas. A su vez, es posible comprar muebles de la época colonial: percheros, lámparas, mesitas, sofás o hasta comedores enteros; también hay venta de joyas de plata: aretes, relojes, anillos y collares.
Otra de las categorías que abunda bastante en este recinto, son las colecciones de acumuladores. Destacan piezas random como placas de autos antiguos, latas y envases de marcas populares de refresco, cajetillas de cigarros, encendedores, bolígrafos y mucho más.
Si bien, algunas de las piezas que se encuentran aquí son de precios altos debido a la calidad y antigüedad que les da su valor, visitar un sitio de este estilo es un espectáculo contemplativo donde descubres que en las calles de la ciudad puedes encontrar museos al estilo de una venta de garage. Por eso, Cachivache te invita a viajar en el tiempo a través de este lugar, pues la variedad de objetos que puedes conocer aquí es impresionante, ¡descúbrelas tú mismo!